jueves, 15 de octubre de 2009

capitalismo

“El capitalismo contemporáneo nace y se desarrolla con la sociedad industrial. Tras una auténtica revolución en las técnicas de producción, comenzará a ser posible la tendencia a acumular un volumen de capital cada vez mayor.

Al mismo tiempo, cambiarán las ideas tradicionales sobre cómo debe distribuirse la riqueza y cómo esta riqueza ha de dirigirse a fines específicos. Ahora bien, es muy importante reconocer que esta nueva fase que inicia el capitalismo en el siglo XIX necesitó que coincidieran una serie de factores de diversa indole. Fue preciso que la agricultura se transformara mediante métodos más modernos de explotación, que las tierras se reorganizaran, que se construyeran grandes extensiones de cultivos especializados, que desapareciera una excesiva parcelación de los terrenos productivos. También fue sumamente importante el desarrollo de las poblaciones en cada país, ya que en este siglo aumentan los índices de natalidad, al tiempo que se reducen los de mortalidad (fenómeno que se denomina generalmente “presión demográfica”) Para que fuera posible una mayor agilidad en el traslado de las mercancías, de los hombres y de los capitales, resultaba apremiante mejorar las vías de comunicación y los sistemas de transporte. La evolución que se hizo notar en los complicados métodos del mundo de las finanzas, en cuanto a especialización y eficacia, constituyó otra apreciable aportación a este período de transformaciones radicales.

Cuando pensamos en la revolución industrial, evocamos fundamentalmente los primeros pasos del capitalismo liberal y del procedimiento de la iniciativa privada. La aristocracia y la gran burguesía terrateniente comenzaran a pensar que es más rentable ir dejando de invertir sus ahorros en la agricultura y comenzar la aventura de al inversión industrial. Al mismo tiempo, los comerciantes – que tanto habían prosperado con el auge del comercio exterior durante el siglo XVIII- se van convirtiendo en verdaderos grandes industriales cuando comprenden que el avance tecnológico proporciona nuevos medios de producción (maquinaria, útiles de trabajo mucho más eficaces) Podríamos decir que se abre una especie de corriente que ría de las industrias secundarias(viejas explotaciones del mundo manual) a las primarias (modernas explotaciones industriales que comienzan a alzarse alrededor de las grandes ciudades).
Los cambios sociales se irán produciendo también paralelamente al advenimiento y triunfo del capitalismo industrial. La acumulación de capitales y la industrialización movilizaron enormes contingentes humanos. Millares de hombres y mujeres trabajadores pagaron el precio de una nueva era de prosperidad y opulencia. Ellos fueron los protagonistas de los papeles más duros de esta etapa de la historia. Lanzados en grandes oleadas de emigración interior y exterior, padecieron los primeros tiempos del hacinamiento urbano, ocuparon las calles en lucha contra el paro ante las amenazas de la mecanización


Las nuevas relaciones de producción, que condenaban al trabajador a la total indefensión frente a los abusos de la patronal: la proletarización; la amenaza constante de las oscilaciones del mercado de trabajo, de la oferta y la demanda, fueron la estación Terminal a la que arribaban los antiguos siervos para convertirse en asalariados.

La degradación y el empobrecimiento de amplias masa de población, que conllevaba el desarrollo del capitalismo industrial, tuvo consecuencias económicas y sociales desfavorables para quienes no tenia más posibilidades de supervivencia que la venta de su fuerza de trabajo.

Todo el siglo XIX quedará marcado por un constante desencadenamiento de luchas obreras por el derecho al trabajo o la sindicalización legal. Corrientes de pensamiento político, filosófico y económico esbozarán entonces los primeros grandes proyectos de transformación global y radical de todo el conjunto social dominante.”


“Historia del mundo contemporáneo”- Gómez navarro y otros.

1 comentario:

  1. « La anarquía económica de la sociedad capitalista, tal como existe hoy, es, según mi opinión, la fuente de todos los males ».
    Albert Einstein

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